Saturday, March 10, 2007

Uffff....India

India (26 de diciembre 2006 al …)

Despegamos desde Sydney el 25 de diciembre rumbo a Bangkok, en un de vuelo de Emiratos. Impresionante la línea aérea. Con decir que teníamos menú a elección, tragos varios y un sinfín de películas y entretenciones capaz de mantenerme despierto durante toda la noche. Ya en Bangkok, el plan era quedarse unos días para recorrer la ciudad, pasar el año nuevo y sacar pasajes a Calcutta.


La anterior impresión que tenia de Bangkok, caotica y agobiante, varió bastante. Ya que dándole el tiempo suficiente, y explorándola fuera del circuito típico turístico, esta se torna amigable, alegre y bastante cool. Eso no quita la fuerte contaminación, el incesante tráfico, la ausencia de áreas verdes y la pobreza que se ve en varias de sus esquinas, pero aun asi, vale la pena quedarse una semana. A falta de pasajes inmediatos, nos dimos otra semana de espera en Koh Tao, donde aproveche de mejorar mis habilidades como buzo –hoy figuro como avanzado- además de aprovechar de los últimos días de playa.

Kolcatta

El 7 de enero aterrizamos en Kolcatta (ex Calcuta), mejor conocida como la ciudad de la alegría. La primera impresión del aeropuerto internacional simbolizó un canapé de lo que se venía,…algo no tan alegre. Congelado en la década del 40 y más encima cayendose a pedazos, nos dio una bienvenida bastante desconcertante. Despues de pasar inmigración y cambiar unos cuantos dólares, salimos de las dependencias a tomar el taxi prepagado hacia Sudder St, zona donde nos alojaríamos. La escena era animada por esqueleticos taxistas, algunos mendigos, y otros cuantos vendedores ambulantes que nos miraban -a quien relata y a mi choqueda compañera- como si fuésemos dos pollos recién asados listos para pegarles una mascada. Nunca con malicia, pero si con hambre. Asi que nos subimos al taxi, un modelito Ambassador del año 50, y partimos tocando la bocina. Manejar y tocar la bocina en este país son sinónimos. El camino a la ciudad era un CAOS, daba una sensación entre risa y susto. A cada segundo parecía que íbamos a chocar con algún auto, micro, carreta, bicicleta, vaca,…en fin, lo que sea. El flujo vehicular no tiene ningún sentido, dirección, respeto,….NADA. Así que vamos tocando la bocina, más unas cuantas chantadas y virajes bruscos por una atestada ruta no muy finamente decorada,….toda una experiencia.

Ya instalados en un hotel al cual los ratones no llegaban, o al menos, no mientras estábamos nosotros en la pieza, nos lanzamos a conocer esta contradictoria ciudad. Actualmente rebautizada como Kolcatta, también fue conocida como la "perla de oriente", ya que fue la base de la compañía británica de comercio en las indias. Asi se levanto con una pompa impresionante, con espectaculares edificios (de notable arquitectura y lujo), grandes avenidas, parques y dividida por el Hooghly river. Dentro de sus iconos mas conocidos se encuentran el tremendo parque llamado East Gardens y un no menor mausoleo dedicado a la reina Victoria. En fin, es una ciudad construida al puro mas puro estilo britanico, donde no se ahorro en nada. El problema, es que desde la salida de los ingleses que no se le hace mantención, produciendo un nivel de deterioro abismante. Hoy parece una ciudad en guerra, que se cae a pedazos, donde la pobreza, la contaminación, el hacinamiento, la basura, las ratas, y las infecciones, son parte del paisaje, lo que contrasta con el fuerte desarrollo económico, cultural y académico actual de la metrópolis (donde?). Sólo como botón de muestra, Kolkatta tiene cuatro canales de televisión,… ¿Quién los entiende? Aun así, la ciudad, o más bien la gente, son muy cálidos (aparte de insistentes) y parecieran ser bastante ingenuos. Siempre están dispuestos a posar para la foto, y más de uno se acerca a conversar, o bien, a puro sapear. Como negociantes, son durísimos, unos verdaderos magos para hipnotizar a su víctima a punta de una labia impresionante y unos cuantos cuentos. Hasta te pueden inventar que la hostal a la que uno se dirije se quemo, o se la trago la tierra, así no te queda otra más que ir a parar al hotel donde sacan una cometa por cada ingenuo viajero (a nosotros no nos la hicieron). Le dimos tres largos días a la ciudad para recorrer y de ahí nos echamos al broiler.



Bodghaya

Tomamos el tren nocturno hacia Bodghaya. Ahí esperábamos encontrar la iluminación al igual que buda hace más de 2500 años atrás, mas no lo conseguimos. Lo que si conseguimos, fueron buenísimas fotos y videos del millar de peregrinos que visitan el sagrado árbol en esta época del año. Además de alojar en un monasterio tibetano, experiencia que no se da todos los días. También, las notables condiciones higiénicas de estos locales le proveyeron un dolorazo de guata para a mi aperrada compañera (el primero de varios).

Este pueblo, es el punto de peregrinaje más importante para el mundo budista. Ya que aquí está el árbol donde buda se iluminó y señaló el camino al resto de los terrícolas. Este poblado está lleno de monasterios y un millar de monjes, donde los más exóticos son los occidentales. Estos pelados vestidos color conchovino, quienes de alguna manera se fueron en volada (con mucho respeto), resaltan de sus pares asiáticos bastante más chicos y tímidamente alimentados. Para cachar la onda, fuimos a escuchar las enseñanzas del dharma al monasterio Thai. El ambiente estaba conformado por puros turistas occidentales participando de un retiro de 10 días de pura meditación y "limpieza" interior. El maestro resultó ser un ingles muy chanta, que abrió la sesión reproduciendo una canción llamada "love itself", desde su flamante ipod. Después de tal apertura, nos lateo una hora sobre el amor y abstracciones varias -la dura- sin ninguna coherencia, para terminar diciendo que el amor está presente en todo, incluso hace que se prenda la ampolleta que alumbra el salón. PLOP!! Lo más desconcertante era el contraste entre el ambiente de santidad -casi matemáticamente calculado- en el interior de ese monasterio, y la miseria y abundancia de niños con hambre que rondaban los alrededores. Por lo que pude averiguar, haciendo algunas preguntas por aquí y por allá, es que al parecer la acción social no se estila.

Salimos de Bodghaya en otro tren nocturno hacia Varanasi. En la espera conocimos un niñito de 11 años que había venido a peregrinar con su abuelo desde Sikkim, región perdida en los Himalayas entre Nepal, India y China. Ahí nos estuvieron contando de lo bonito que es Sikkim y de los excelentes trekkings que hay por allá (debe valer la pena ya que es segunda vez que me lo dicen). También nos dejo con la boca abierta lo curioso, inteligente y culto que era este niñito, además que hablaba un ingles perfecto (algo raro en la zona).


Varanasi

Varanasi es una ciudad sagrada para el hinduismo y data de cientos de
años (también su última mantención). Esta ciudad esta construida al borde del rio (Ganges) y tiene un sector antiguo que parece un laberinto de callejones conectados entre sí. Cabe destacar que estos callejones no solo son transitados por personas –a pie, bicicleta y/o moto- sino tambien por vacas y monos. Mas increible aun, es que conviven sin estorbarse en lo absoluto, dandose la libertad de dormir, cagar y mear donde los pillen las ganas...¿Que baño?, ¿que basurero? Pa’que estresarse,...en la calle no'mah!

Varanasi tiene un "que se yo" espiritual que atrae hordas de peregrinos de todos lados. La mayoria viene en ciertas epocas del año a darse un baño "purificador" en el Ganges, otros vienen a morir a esta ciudad bajo el supuesto que aquel que muere en Varanasi no se reencarnará de nuevo y se va derechito al cielo. En fin, la vibra
religiosa aca es potente y es dificil hacerle el quite, cosa que no hicimos. Asi que presenciamos los baños de purificacion temprano en la mañana (bastante frio), los crematorios en las tardes y hasta participamos de un matrimonio, nada mal!! Imaginence el relajo del par de novios, la parejita no se habian visto en su vida, y todo la "seleccion de personal" para el novio habia sido hecho por la mamá. Otra vez,...PLOP!! Otro exotismo de Varanasi son los sadus (hombres santos) que se pasean medio empelota y cubiertos en cenizas por el borde del ganges invitando a ponerte en contacto divino junto al gentil auspicio de un poco de opio u/o otras yerbas. Tambien es bien
visto dejar una correspondiente cooperación (en efectivo por supuesto).

Por ultimo, y muy entretenido, fue el comercio de seda en el que nos involucramos. Con motivo de financiar el viaje, a la Barbara se le ocurrio comprar unas coolisimas bufandas de sedas y otras
pilchas. Asi que partimos recorriendo tiendas, fabricas, etc, etc. En el proceso conocimos todas las etapas de la fabricacion de la seda, y como cual paisa, terminamos negociando sentados a lo indio y tomando Tchai (te con leche local), acompañadps de nuestro amable proveedor, Farooq. Notable.

Entremedio de la estadia en Varanasi, fuimos a tres lugares, Khajurao, Orcha y Lucknow. Del primero conocimos sus templos, del segundo sus castillos, y en el ultimo fuimos a buscar un nuevo proveedor de sedas del "Fair Trade".

Khajuraho, Orcha y el "Fair Trade".

Khajuraho es un pueblito al que hay que acceder depues de un tren nocturno y un bus de cuatro horas, pero bien vale la pena. Aqui hay un complejo de templos que evocan todo tipo de reacciones en la cara de los visitantes. Cada uno de estas construcciones, que estan emplazadas en un limpio y flamante parque, tienen una inspiracion erotica evidente. En cada una de las representaciones, se pueden ver todo tipo de posiciones de parejas e incluso trios, todo lo anterior con motivo de invocación a la fertilidad humana. ¿Se imaginan pinturas, o más bien posters, en la catedral de Santiago invocando el mismo motivo?...Ja!

Desde Khajurao nos fuimos a Orcha en otro bus que se caia a pedazos, igual no mas que todos los demas en los que hemos andado. El viaje, aparte de lento y sacudido, es entretenido. Los locales se interesan en interactuar con nosotros, nos compartieron comida y hasta le hicieron critica y recomendacion literaria a la Barbara. Orcha, es otro pequeño poblado al borde del (no me acuerdo del nombre), fue el asentamiento de unos feudos riquisimos donde se construyeron una serie de grandes castillos y tumbas de exquisita arquitectura mugal (mezcla de musulmana e hindusta). Lo triste es el penoso del trabajo patrimonial y restaurativo que se ha hecho. Con decirles que recontruyen con cemento y no con el material y tecnica original. En fin, aqui nos relajamos por cuatro dias caminando por el campo salpicado de estas antiguas mansiones, las que recorrimos por todos sus recobecos y pasadisos ingeniosamente pensados.

Para llegar a Lucknow tuvimos que tomar el tren que salia desde Jhansi, ciudad (horrible) a ocho kilometros de Orcha. No quedaban asientos reservados en segunda, asi que obligados a viajar en
compartimiento general. Esto implica, subirse a codazos al tren, conseguir a codazos un asiento y cuidar el asiento como si fuese lo mas preciado en esta vida. Nada de estresante la situacion. Al terminar el viaje, el cual es todo un espectaculo, tuvimos una conversacion con un ingeniero indio que estaba muy sorprendido
con que nosotros viajaramos en esa clase. Lo sorprendente de la conversacion, fue como nos habló abiertamente del sentido de inferioridad que sienten hacia el hombre occidental y que en eso refugiaba muchos de los problemas de la sociedad india. PLOP!!

En Lucknow solo nos quedamos una noche en un hotel horroroso al frente de la bulliciosa estacion de trenes y buses. Poco importaba, ya que estabamos en busqueda de la preciada seda. Llegamos hasta aca solo porque queriamos comprar a productores que tuvieran el sello de "Fair Trade" (¿se acuerdan de lo que les conte de Barcelona?). En fin, la idea es comprar a los productores a un precio justo con lo cual puedan sustentar un nivel de vida digno, es decir, acceso a salud, educacion, credito y vivienda, bajo la comercializacion apropiada de su mejor destreza: las telas. Con todo este idealismo desbordante, llegamos hasta el primer proveedor a visitar, el tipo -muy agradable e igualmente sorprendido- nos lateo un buen rato hasta que nos
mostro una seleccion de su inventario. Para nuestra decepcion, se trataba de cualquier cosa menos lo que andabamos buscando, onda pisos para baños, toallas y otros articulos de casa. Nos quedaban
solo unas cuantas horas y nos faltaban dos proveedores mas por visitar, asi que rapidamente nuestro agradable anfitrion nos contacto con el segundo proveedor, Ashis, quien nos paso buscar y nos mostro sus trabajos. Esto fue todo un acierto, no para el negocio, ya que no tenian el tipo de seda que buscabamos, pero si lo fue
para conocer de cerca el animo, funcionamiento y beneficios de una empresa parte del "Fair trade". Para hacer la descripcion corta, SEWA es el nombre de esta empresa que significa: "Self Employment Woman Assosiation", para la cual Ashis es un empleado más. Esta fue fundada por una mujer, Runa Banerjee, que al ver el nivel de explotacion al que se veian sometidas estas rurales artesanas por parte de los mercaderes, logró convencer a un grupo de ellas para formar una asociacion a traves de la cual pudiesen comercializar directamente sus productos a precios de mercado. Hoy tienen el estandar de calidad más alto de la industria vendiendo sus produtos en toda India, e incluso en Londres y Paris. Gozan de un crecimiento del 17% anual, 5000 artesanas trabajando actualmente (mas una larga lista de espera), progamas educacionales, salud, microcredito, participacion ciudadana, etc, etc. En fin, lo mas importante e impactante, fue el orgullo, la confianza, profesionalismo y satisfaccion que reflejaban este grupo de artesanas. Gracias a este tipo de iniciativas, ellas encuentran una salida real de la pobreza y marginacion que les ha tocado vivir. Simplemente, emocionante y ejemplar. Una suerte poder conocer tan de cerca esta increible obra (sewa_lko@rediffmail.com). Finalmente de Lucknow salimos con las manos vacias pero a la vez muy contentos, asi que seguimos el consejo de Runa, y nos devolvimos a Varanasi a comprar las sedas, mandar las a Chile y partir de noche a Agra a conocer el Taj Mahal.

Agra

Agra, como toda ciudad india, es sucia, contaminada y fea. Aun asi atrae a un monton de turistas gracias al Taj Mahal y el Agra fort, dos grandes atracciones. En India, y especialmente en el noroeste, abundan las ciudades con fuertes en estado de ruina debido a su pasado feudal. Cada region o ciudad pertenecia a una especie de comarca gobernado por algun mahara. En el caso de Agra, el mas importante fue Akbar, quien gracias a la inteligencia y diplomacia logro extender su imperio e influiencias por gran parte del norte de India.

LLegamos a una hostal que para nosotros fue una oasis en el camino. Si bien no era barata, al menos era limpia, bien atendida y tenia un jardin central donde se podia conocer a otro viajeros. De hecho, conocimos a una pareja de australianos en sus cincuentas, que venian viajando en moto desde Londres y pretendian llegar hasta Australia. Nos contaron sobre la experiencia de tremendo viaje y lo que es manejar en estos paises...ufff. Inevitable fue acordarme de Saavedra.

Como se pueden imaginar, todo en India toma mucho tiempo, ya que la muralla burocratica es enorme, asi que tomar pasajes de tren para el proximo destino es todo un hue#%#$. El primer dia lo dedicamos a conocer el fuerte y comprar los benditos pasajes. El fuerte es espectacular y enorme. Tiene gigantescas salas construidas en marmol puro y tallado con un detalle exquisito. Ademas de estar adornado con piedras de distintos colores formando figuras de flores de varios tipos, obviamente todo concebido en una simetria perfecta. La arquitectura estaba dispuesta para que el rey atendiera a sus subditos y posteriormente se dedicara a "juguetear" (termino utilizado por nuestro guia) con algunas de sus 5000 mujeres recluidas para sus entreteniemiento en el palacio. Ya al nochecer, se le dedicaban todo tipo de bailes, comidas, juegos y agazajes para deleitar a su majestad y sus invitados,....¡que vida! Se cuenta que sus invitados solian quedarse tres meses jugando y aprovechando las dependencias del palacio (¿quien no?).

Al dia siguiente salimos a ver el amanecer al Taj Mahal. Nos tomamos un cicle rickshaw (taxi a pedales) que nos llevo hasta esforzadamente a la puerta, donde despues de caminar unos cinco minutos en la obscuridad llegamos hasta la boleteria. PAF!!, esa fue la sensacion al pagar la entrada. Por el hecho de ser extranjero te cobran varias veces el precio que paga un indio. Nos apuramos, y a punta de apretujones nos pudimos localizar en un buen punto para contemplar la salida del sol frente a tal magnifico edificio. Sacamos unas cuantas fotos (incluso la de rigor), y nos dirigimos a conocer por dentro este famoso mausoleo. Si bien todo el detalle y la perfeccion de su construccion te impresiona, el precio del ticket lo opaca. Ya que uno tiene grandes expectativas, y finalmente solo se puede ver la tumba central. No se puede recorrer ninguna cupula o torre adyacente al feretro donde guardan al "finao".
Existen otro edificios alrededor del Elefante blanco, pero a nadie le interesa levantarse a las 5:30 AM para ver esos comodines. Quedamos con gusto a poco,...sin duda otra mula indu. En lo que quedo del tiempo, aprovechamos de relajarnos, ver los emails y salir a comprar al "centro", mientras esperamos nuestro tren hacia Jaipur.

Jaipur

A Jaipur llegamos con 4 horas de retraso, algo comun en el hacinado y concurrido ferrocarril indio. Aunque la ciudad figuraba
bastante bien y un poco mas limpia que las anteriores, el atraso concebido nos condujo a un hotel de cuarta o quinta, localizado en un barrio de taller de autos muy cercano a la estacion de trenes. La vecindad era un asco y pa'colmo andabamos los dos enfermos, yo de refrio y la Barbara de la guata. La ciudad es bastante grande y tiene un casco antiguo que fue repintado para la visita de Clinton. Este es bien bonito y da la sensacion,..a veces, de ser transportado al siglo pasado. Ahi adentro recorrimos el palacio y un par de museos bastante piolas, donde el mejor atractivo eran las pintas de sus guardias, con turbantes que llegaban hasta el suelo. Uno de ellos, para variar un poco, me ofrecio opio (PLOP!). Tambien por ahi mismo, pudimos visitar un observatorio astronomico-astrologico de hace unos cientos de años, el cual tenia todo tipos de instrumentos a tamaño natural,...reloj solar incluido. Nos perdimos poder ver una pelicula de Bolliwood al Raj Mandij, cine icono de esta cultura,...pero se nos paso no más. Antes de partir hacia Jodpuhr, pasamos a conocer el zoologico. Mejor no haber ido. Estos pobres animales los tienen igual de hacinados que a sus congeneres humanos, y en un estado de depresion y locura penosos. Onda osos, tigres y leones caminando en redondo cada uno en su celda,...¿existe alguna diferencia entre esto y una carcel o un manicomio?

No crean que Jaipur no vale la pena, pero definitivamente el hostal y el estado de animo hacen gran parte de la visita.

Jodhpur

Asi fue como en Jodhpur, a pesar del retraso del tren, los locales de la hostal nos estaban esperando en la estacion de tren. Considerando la hora , 12:30 de la noche, se agradece llegar a una ciudad donde todo nos estaba preparado. Para que decir la hostal,...era increible! Simple y muy bien decorada, e igualmente de barata que las anteriores. Para colmo, tenia una terraza en el techo, hecha en mosaico, con una vista al fuerte que vigila la ciudad. Ahi, frente a tal pintura, nos sentamos a gozar una de las escasas cervezas bien heladas antes de ir al sobre.

La gran atraccion y quizas la unica en Jodhpur, es el mentado fuerte. El cual ha sido conservado, restaurado y promovido como cualquier museo Europeo. Este y tiene un audio tour que explica cada detalle y contextualiza la visita muy bien. Fue la mejor visita "cultural" que hemos hecho a lo largo de India. Ademas tiene una espectaulares vistas al valle-ciudad que lo circunda, donde las casas se funden en estrechos laberintos pintados en un color indigo (mezcla entre celeste y morado). Una verdadera postal desde la altura. Aprovechamos tambien de caminar por los alrededores del fuerte y encontramos un restaurant de comida indu muy bueno. Siempre comemos en la calle, asi que si más encima encontramos algo mejor, exelente.

Jaisalmer

De aqui partimos a Jaisalmer, en el extremo oeste del pais. Este es otro ex-feudo, muy bien conservado, con un fuerte-museo que vale la pena conocer. Esta ubicado en el desierto y esta construido en pura piedra. Donde cada una de ellas puede llegar a tener un nivel de detalle increible. Aparte de lo anterior, la idea era tomar desde aqui un paseo en camello por tres dias en el desierto de Thar. Yo apenas me subo a un pony y ahora me iba a subir a una de estas girafas por tres DIAS!!

Partimos el paseo y todo bien, el grupo lo componian un mexicano, una sueca, un ingles y los dos camelleros (uno era un niño de 10 años aprox),...todos muy buena onda. Aunque nos habian prometido que iriamos a una zona poco transitada (off the beaten track), al parar en la primera aldea saltaron como resorte los cabros chicos con el clasico sermon: "name, country, rupee, chocolate, pen", porsupuesto que nunca habian visto un turista....mmmmm. Seguimos camino hasta que llegamos a las dunas donde acampariamos, todo bien. Salimos a darles una vuelta y nos parecio raro el vientecillo ese, las nubes se acercaban, pero filo, estamos en el desierto y aqui segun el proverbio local: "un niño puede alcanzar la edad de siete años y no ver una sola gota de lluvia". Paso lo increible, nos llovio en la noche con truenos y relámpagos. Pa’ colmo, ni siquiera teniamos un plastico para cubrirnos, asi quedamos mojados como diuca. ¿Que nos esperaría para la siguiente noche? Durante el dia, seguimos recorriendo el desierto, que desbordaba entre unos colores y sombras
muy llamativos, templado por un viento bien fuerte. En cuanto a manejar un camello,…uff, es bastante raro, ya que me hacia caso vez por medio y sabia perfectamente quien mandaba. Ademas que cuando uno le tira las riendas, este camelido estira su cuello tan cerca de uno, como para pegarte una languetada. Curioso animal. Para la segunda noche nos tomamos una casa de un aldeano, asi no mas, violacion de la propiedad privada. Según el guia, el propietario andaba en algun matrimonio. La idea era refugiarnos de la lluvia (que no se repitio) y amenizar la sobremesa-fogata a puro cantico local.

Udaipur

Desde Jaisalmer salimos a Udaipur en un viaje de diez y ocho horas, interminable. Finalmente llegamos al destino un POCO cansados, pero la ciudad es definitivamente la mas bonita y limpia que nos ha tocado conocer. Esta construida y rodeada por cerros que la protegieron de ataques enemigos en el pasado. Tambien, como buen feudo, tiene un gran palacio donde vivía el Mahara y su sequito de mujeres. En los picos de las montañas que rodean la ciudad, se construyeron una serie de fuertes para vigilar cualquier acercamiento enemigo a la ciudad. La guinda de la torta y principal atractivo, es el palacio blanco que esta construido en el mismísimo lago el cual solo funcionaba como casa de juerga del mahara (que vida). Su unico acceso es por bote, o a través de un supuesto paso subterraneo que lo conecta con el palacio principal. Para terminar esta latera descripcion, el resto de la ciudad se construyó alrededor del palacio y tiene un parque exepcional que invita a echarse una siestecita, algo muy escaso en la zona.

Por primera vez, en muuuucho tiempo, nos mandamos una tarde de pura chilenidad y algo de peruanidad. Por coincidencia nos topamos con dos grupos de amigos que habiamos conocido por distintos lados, asi que fuimos a celebrar tan suertudo encuentro a la terraza-techo de un local donde nos tomamos algunos brebajes, mientras gozabamos una amena conversacion junto a la envideable del palacio en la mitad del lago. Ya de noche, seguimos la conversa en un local muy casero comiendo los mejores curries de mi estadia en este país, especialmente uno de zapallo. El grupo era compuesto por un chileno y un peruano que salieron a darse un año sabatico viajando, pero cada uno en sentido inverso. Los otros dos son una pareja de chilenos (con algun lejano parentesco) que anduvo trabajando en Nueva Zelanda por un año y ahora se habían lanzado en viaje por el mundo. Lo pasamos muy bien y sin ni siquiera una palabra en otro idioma.

Bundi

Desde Udaipur seguimos a Bundi, para bajar el ritmo un poco en este pueblito bastante tranquilo antes de seguir hacia el norte. Nos costo un dia entero llegar a alli, e hicimos una parada en Chittorg, donde habia otro gran castillo y unas cuantas ruinas. La verdad es que no las apreciamos mucho, ya que habia sueño, hambre y calor. Ademas, conocer por conocer, no tiene ningun sentido y deja de ser placentero. Finalmente llegamos a Bundi, despues de peliar un rato con los locales que nos querian meter otra mula (lo que no es muy raro).
Bundi es algo asi como Litueche, no muy grande y no muy chico, bien localizado pero aislado a la vez. Es uno de esos pueblos donde no pasa mucho, solo basta con caminar y apreciar la rutina diaria. El escenario que rodea este pueblo es aun mas agradable, ya que esta encajonado entre dos cerros que parecieran venirse encima. Desde uno de ellos, cuelga un palacio abandonado, actualmente solo habitado por monos. Este tiene una imponente arquitectura y unas puestas de sol de postal. Rodea todo lo anteriormente descrito, una muralla destinada a proteger toda esta ciudadela.

Otra cosa fue la hostal. De partida era muy casera y atendida por la familia anfitriona, donde las mujeres hacian toda la pega y el par de hombres presentes se dedicaban el dia entero a peinarse y acicalarse frente al espejo…¿Qué onda? El resto de los huespedes en la hostal era de lo mas diverso, tanto en edades como en estilos, donde nosotros eramos los menores (por un par de decadas al menos), lo que no nos privó de echar la talla relajadamente. Entre ellos habia un pintor que andaba trabajando (pintando paisajes de la india por tres semanas), un ingeniero y un mago, más una señora gordita muy alegre con alguna acendencia hindu. Ella venia a conocer al mahara de Jaipur (nos repitio mil veces que tenia algun parentezco con él). Por unos cuatro dias nos sentimos como en una casa, casi con en Chile…saaaaahhhhh! Cuento aparte fue la pareja de neozelandeses que conocimos ahí por coincidencia, era un matrimonio cincuenton que les encantaba viajar y que tenian un espiritu bastante aventurero, pero a la vez eran muy aterrizados. Habian viajado por India hace treinta años y ahora, ya habiendo criado a sus dos hijos y acumulado un par de propiedades, se retiraron para mochilear durante parte del año. El secreto, vivir austeramenente y comprar algunas cosas en cada destino para venderlas entre sus amigos. Definitivamente no descubieron la polvora, pero si que la hacen bien. Obviamente ya tenemos alojamiento en Auckland.

Otro aspecto que le llama la atencion a cualquier visitante en India, y que comentamos con varios de los huespedes en la hostal en Bundi es el abierto toqueteo entre los hombres. De hecho, se ve, en todas las esquinas y en todas las edades, parejas de amigos de la mano o abrazados. Sin embargo, ni por casualidad, uno ve el mismo comportamiento en parejas de distinto sexo. PLOP!! Frente a tal extraño comportamiento incluso sacamos una teoria. Concluimos que se trata de un problema de oferta y demanda. Como la oferta de oportunidades de interaccion con el sexo opuesto es tan escasa, ya que como aun sigue funcionando la tradicion del matrimonio arreglado entre las familias y como las mujeres deben pasar guardadas en la casa (lejos de la presencia masculina) preparandose para el dia del matrimonio, a los machos no les queda otra que andar de la mano los amigotes.

Delhi

A Delhi llegamos a la mañana siguiente del atentado a un tren a 80 km al norte de la ciudad. Llegamos con una pequeña sensacion de miedo, no por los atentados, sino por la ciudad en si . Nos habian hablado de lo dificil que era como ciudad, que la pobreza, que el ruido, que la contaminacion, que el caos, que las estafas, etc,…¡nada! Puras exageraciones, nos sentimos super a gusto y esta ciudad no es ni un decimo de lo que es Kolcatta (ex Calcutta). Quizas ya estamos muy aclimatados, pero en Delhi se huele progreso, orden y hasta un toque europeo de más. Con decir que existe un arco del triunfo como el de Paris, grandes avenidas y una zona bien pituca. Nos alojamos en la zona a donde llegan todos los mochileros, el Gran Bazar. Ahí todo aquel que sale o llega a India, pasa unos dias. Como lo dice su nombre, es un TREMENDO bazar donde se puede encontrar de todo, especialmente telas, zapatos y adornos de todo tipo, tambien en todas las cantidades. Es el lugar para comprar souvenirs y/o hacer algun negozzio.
Durante las dos noches que estuvimos ahí, paseamos por algunos lugares importantes de la ciudad, como el citado arco del triunfo, el museo nacional, el barrio de las embajadas y Connaugh place. Tambien, y en realidad lo mas importante, fue comprar, enviar y preparar todo lo necesario para continuar nuestro viaje hacia el norte y Nepal, lo que implica pasajes, guias, ropa, etc, etc. Cruzamos la ciudad entera para acceder a las picadas mas variadas, desde software hasta pilas para mi camara. El mercado de PCs es simplemente gigantesco, y da la sensacion de que la revolucion informatica que se esta dando en este pais, es en serio.
En lo culinario, nos fuimos a dar un festin a un restaurant famoso por muchas guias y muy recomendado por un chileno amigo de nosotros. Se trataba de un menu de carnes (cordero) en el barrio musulman que resultó ser un fiasco. Nos gastamos una fortuna, por unos platos caros, recocidos y pobres. Kareem es el nombre, no vayan ni por casualidad.

En el tren desde Delhi hacia Rishiquesh (no llega hasta ahí exactamente, pero ese era nuestro destino inicial) conocimos a un par de señoras muy devotas. Estas peregrinas viajaban desde Bangalore para conocer a un swami (monje) que era importantisimo. Cuento corto, nos hablaron maravillas de este y otros swamis, de lo fantastico del ashram al que iban y hasta nos invitaron a acompañarlas. Horas antes se nos habia perdido la guia de viaje asi que encantados aceptamos tan acogedora invitacion. Despues de unos cuantos “tramites” nos aceptaron y nos quedamos en este tranquilo monasterio hinduista con el fin de apreheder un poco de su religion y ver la posibilidad de practicar un poco de yoga desde la fuente misma. Los hechos fueron bastante lejanos de las expectativas. Primero, en el monasterio no se practicaba yoga, ni tampoco meditacion. De eso nos dimos cuenta rapidmente debido al ver el volumen de cada monje, literalmente, “no paraban de servirse”. Segundo, en este monasterio manejaban un hospital, asi que los religiosos estaban un poco mas ocupados que lo normal, ademas que no nos dieron mucha pelota. Tercero, estas agradables señoras, tomaron un papel de madre adoptiva no deseado por nosotros y nos tuvieron un dia entero entre templos y ceremonias a las cuales no les habriamos dado ni un minuto. Imaginense que te lleven a los treinta años como si tuvieras cinco a una procesion por la virgen del carmen,…¿que tal? Finalmente, la salida salio facil, ya que los monjes pidieron que nos despacharamos ya que habian muchos peregrinos viniendo al monasterio (musho), por lo que nesecitaban tener la pieza disponible. Osea, nos echaron diplomaticamente.

Cuento aparte era la comida. ¡Que manera de darse! Durante ese dia y medio no tuve nunca hambre, ¿lo pueden creer? Estos guatones comian como bestia cinco veces al dia. Aunque haya sido solo comida vegetariana, con esa cantidad y ese sedentarismo, en un mes me echo diez kilos encima. Los curries y los dulces eran de primera. No puedo dejar de mencionar, el espectaculo que significa ver comer a estas santidades. Amasan el arroz, lo manosean, lo acarician, lo mezclan con distintos curries, lo vuelven a monosear, se lo llevan a la boca, y finalmente no solo se chupan los dedos, sino la mano completa. Plop!! Ahhhh, infaltable el flato al final de la merienda. Finisimo. Fue imposible no imaginarme la cara de mi padre si estuviera compartiendo la mesa con estos comensales.

Friday, March 09, 2007

Bajando por el Sudeste asiatico

Islas y sur oeste de Tailandia (....hasta el 17 de Agosto)

Junto a un par de alemanes y un californiano, me fui de Ko Pan Ghan la tarde después de la fiesta. La idea era ir a Ko Phi Phi, que es una isla paradisíaca en la costa Andamiada parando en Pang na. Esta es una isla artificial y artesanalmente construida dentro de un parque nacional habitada por una comunidad musulmana. La isla parece más bien una población callampa, pero esta situada en un lugar impresionante. Es una zona llena de islotes de gran altura e imposibles de habitar o escalar, estos estan por todos lados y en su conjunto dan un aire a la dimension desconocida. Uno de estos islotes es famosisimo, fue utilizado en alguna de las películas de James Bond para albergar en su playa privada a Sean Connery. Nos bajamos en este islote por media hora, aquí unas tailandesas nos pidieron en varias oportunidades que nos sacáramos fotos con ellas. Obviamente nosotros accedimos una y otra vez. Debe ser difícil ser una estrella de rock….

Viajar en Tailandia es lento, así que entre botes, ferries, buses y “colectivos”, uno se echa el dia entero u obliga a hacer paradas a mitad de camino. Una de esas paradas fue Krabi, donde finalmente nos quedamos dos noches. Esta ciudad sigue el mismo patrón que cualquier ciudad bananera, una humeda y calurosa versión del Barrio Diez de julio con muy buena comida en las calles. Aprovechamos de conocer el templo del tigre, este esta situado en unas cavernas donde se albergan los budas y los monjes en una vida muy austera. Desde ahí subimos a ver el buda que esta en la cima de uno de estos empinados picos. Ahí lidiando con monos y una paradísima e interminable escalera pudimos tener una magnifica panorámica a los pies de Buda. Fue cansador (aun me duelen las piernas) pero valió la pena.

Salimos temprano a Ko Phi Phi. La isla es PARADISIACA. Tiene unas formas surreales, aguas turquesa y arena blanca. Nos quedamos unos “bungalows” en una playa mas tranquila pero siempre cerca del hueveo. Esta isla fue fuertemente afectada por el tsunami del 2004, así que uno ve muchos lugares aun en reconstrucción, marcas en las paredes señalando la altura de la ola y fotos de gente desaparecida en la ola. Lo anterior no aplaca el ambiente festivalero reinante en la isla, ni tampoco los precios. Tome un tour en un barquito donde paseamos e hicimos snorkeling por toda la isla. La flora y fauna marina que uno ve es tan abundante en colores y formas, que uno se envicia y quiere ir más y más profundo.
Además, durante el mismo tour, visitamos la famosa playa donde se filmo la película “The beach”. Ahí el acceso no es fácil, hay que nadar por sobre unos corales hasta una pequeña gruta que da acceso a la isla, desde ahí caminar por un sendero que conduce a la playa. Esta es alucinante, probablemente la más bonita que he visto en vida. Aquí mientras aprovechaba de chapotear un poco (junto al resto de turistas) pudimos observar como una pareja “inspiradísima” en el holiwodense film, daba rienda suelta a su energía brindando un espectáculo XXX a toda la audiencia (PLOP!!).

Como buen destino turistico, la oferta nocturna bien alimentada con bares al borde de la playa, entusiasmada audiencia y unos impresionantes malabaristas de fuego. Yo no quede hasta muy tarde en la noche, ya que me tenia que levantar los dos dias bien temprano, pero el carrete alimenta hasta los de tiro más largo.

Ya devuelta en Krabi me quede una noche para hacer mi conexión hacia Malasia. Durante mi espera aproveche de hacer unas compras, pasear por la ciudad, armar el blog y comer en el mercado.

Para finalizar mi experiencia tailandesa, algunas cosas para comentar:
La comida. En pocos lugares se puede comer tan sabroso, rico y abundante por tan poca plata. No se necesitan grandes sumas de dinero, ni flamantes restoranes, sino todo lo contrario. Ahí en la mismísima calle existen innumerables puestos donde se come una diversidad de platos y jugos naturales de primera que hacen de esta actividad una experiencia notable y adictiva.

La gente. En principio, la gigantesca industria que es el turismo en este país tiende a nublar lo genuino de la sonrisa y amabilidad del tailandés. Es cierto que varios del los que están en esa industria sonríen solo si hay plata de por medio, pero si uno mete la cabeza un poco más abajo de la superficie y logra interactuar con locales en sus espacios, uno se da cuenta que es gente muy amigable y sencilla. Siempre tratando de ayudar y agradar. Ojala que tanto turisteo sin respeto no termine arruinando tan agradable carácter.

Lady boys. Estas locas son absolutamente caracteristicos de Reino de Siam. Estan por todas partes y en todas sus variedades. Lo más increíble es lo integrados que estan en la sociedad, de hecho no son tema para los locales. El problema lo tienen los ebrios foraneos que se entusiasman con una afectuosa local, hasta que de repente….¡sorpresa! Si estan pensando que esto me paso a mi, se equivocan. Pero si tomamos en cuenta la cantidad de turistas-calientes-borrachos más la no despreciable suma de travestis, podemos fácilmente concluir que más de alguno saco premio.

Malasia (17 al 28 de Agosto del 2006)

A Malasia cruce desde el sur de Tailandia, el viaje era toda una osadía de aguante. Nueve horas encapsulado en una “comodísima” minivan, partiendo a 7 AM y con un millon de cambios de van en la ruta. Entre todos los pasajeros que pasamos a buscar había una pareja de suecos muy buena onda, así que no me falto con quien conversar. Finalmente, a las 5 PM llegamos a la frontera con Malasia “the muslim country”.Ahí tomamos la mochila, cruzamos un puente y estábamos en un nuevo país. Mientras hacíamos la cola de inmigraciones, rellenamos el formulario de entrada al país y leímos al final de este en letra roja: “Be foreword that carrying drugs is punished with death penalty”. Es fuerte leer una advertencia tan vital,…en buen chileno seria: “Aquí, el que anda hueviando se va cortao”. Después del papeleo y cambiar plata nos fuimos en un taxi hasta Kota Barhu, donde pasaríamos la noche para después seguir hacia las paradisíacas Perenthian Islands.

El cambio entre Malasia y Tailandia es fuerte. El idioma y la religión (musulmana) son totalmente diferentes, racialmente son nada que ver, no existe esa invasión de turistas haciendo lo que se les da la gana y por ultimo, es un país más desarrollado y menos amigable con mi bolsillo. Me llamó la atención tantos cambios culturales en un pedazo de tierra tan chico.

Con los suecos exploramos Kota Barhu, supuestamente –según lonely Planet- esta ciudad tiene unos de los mejores mercados callejeros del Sud este de Asia. Lo que vimos no superaba a una feria de barrio en Pudahuel. Así que nos fuimos a comer algo, en algún local callejero y de ahí de vuelta a la hostal. En el camino pude constatar algo que me habían comentado anteriormente, en todas las esquinas y alcantarillas (que no están necesariamente bajo suelo) se ven unas ratas enormes,..buaj!. Ya en la hostal, conocí a tres franceses que iban a las mismas islas que nosotros, así que me colgué inmediatamente, además que podía practicar mi francés y no ser violinista oficial de la pareja sueca.

A la mañana siguiente tomamos el bus local y partimos a la costa, desde donde tomaríamos el bote que nos llevaría a la isla. El camino era bien bonito y pintoresco, mujeres y hombres vestidos en sus ropas tradicionales (musulmanas), un montón de cabros chicos que iban (o volvían) del colegio, etc. Después de Tailandia había perdido esa sensación de viajar de la misma forma que lo hacen los locales día a día, en Tailandia todo era demasiado envasado y como consecuencia la conexión con la realidad local es bastante escasa, y es precisamente ese contacto lo que hace entretenido viajar.

Llegue a las famosas islas, específicamente a la más grande y deshabitada. Tengo que decir que es paradisíaca. Aguas turquesas, arena finísima, palmeras, jugos tropicales y estresantes actividades. Me aloje en el resort más lujoso que tenia hasta piscina, así no más. ¿Que menos para un campeón como yo? Pero no crean que una mega habitación, no… me quede un dormitorio común (tipo hostal) que estaban a un precio muy módico, y para remate, vacío. ¡¡Excelente!!

Durante 4 días me deje llevar por el estresante ritmo de esta isla, donde fui adoptado por este grupo de franceses que -finalmente aumentaron a seis- y que me forzaron a mejorar bastante mi francés. Dentro de las actividades realizadas tengo que destacar la sesión de snorkeling entre tiburones y tortugas de mar,…hasta toqué una. Nadar al lado de tan antiguos y pacientes seres en un escenario tan perfecto da una sensación de paz indescriptible,…nirvanico. También tome dos sesiones de buceo excelentes y memorables, inmerso de un flora y fauna acuática impresionante fui a bucear a un bote hundido. Me sentí como Jacques Cousteu en el Calipso, mi partner de buceo me hablaba en frances. El buceo en estas islas es de primera, deben hacerlo. El resto de la estadía varío entre el disfrute de todo tipo de jugos naturales, comidas locales, parrillas, conversas, siestas en la hamaca, etc.….puro relajo y contemplación. ¡JA!

De las Perenthians me fui, en otro maratónico viaje hacia Taman Negara, la jungla más antigua del mundo. A este parque nacional se accede a través de una aldea al borde de un selvático río cafesoso y bastante transitado por unas angostas canoas hechas de corteza de árbol. El ambiente es húmedo e inundado por los incesantes ruidos de todo tipo de animales, pájaros, alimañas, etc. Aquí eché de menos no andar con algún partner, ya que la selva tiene varios trekkings que se pueden hacer durante el día y volver a la aldea, o bien quedarse a dormir en unas casuchas estratégicamente ubicadas en la mitad de la selva donde uno puede esperar ver, con un poco de suerte, diversos animales en sus rutinas nocturnas. Obviamente, de día es muy poco probable encontrarse con algún animal de importancia (tigres, elefantes). Igual los dos días me dedique a caminar muchísimo por los senderos, ahí pude admirar la abundancia de este ecosistema, desde hormigas de todos tamaños -hay unas de tres centímetros- hasta árboles de varios pisos de altura. También me tope con unos aborígenes locales que aun continúan con su “primitivo” sistema de vida, un guía me comento “a ellos no les importa el dinero”. Después de haber estado en Manhattan, donde todo es $$ y posesiones, ahora en estaba en esta selva donde para estos aborígenes el dinero es inútil, ¿Quién estará mejor enfocado?
Después de caminar todo el día quedaba muerto, así que antes de irme a dormir pasaba a comer algo a los restoranes de la aldea. Estos puestos de comida están flotan en unas balsas bien humildes pero acogedoras al costado del río. La carta no es muy refinada, pero por luca se come bien. En tres días me comí casi todo el menú.

Para terminar la pasada por la selva, me tome una canoa con motor que me llevo río abajo serpenteando este exuberante paisaje hasta el pueblo más cercano para irme a Kuala Lumpur. Este paseo fue la guinda de la torta.

En las islas, mis amigos franceses me invitaron a quedarme con ellos en Kuala Lumpur. Rápidamente terminado el paseo en canoa me fui a meter a esta pujante metrópolis Asiática. Me tomo como tres horas esperar el bus, ¿Por qué? Porque los viernes los musulmanes van a la mezquita así que las actividades se reanudan después de las dos de la tarde. La larga espera me la pase en un local de comida tipo 10 de Julio en compañía de unos alemanes que me dieron a probar unos cigarros típicos que fuman los locales, le pegue una piteada y casi me da un ataque de asma. La cagó la w… fuerte, era un petardo.

Llegue a KL en medio de un diluvio tropical. Desde un telefono publico hice los llamados correspondientes, hice las preguntas correspondientes y media hora después estaba instalado tomándome un café en la casa de Aude, una de mis amigos franceses. De ahí fueron llegando todos al departamento ya que al dia siguiente partian a un paseo. Es tan distinto cuando a uno lo sacan a pasear gente que vive en una ciudad, primero por la hospitalidad y segundo por lo agradable de ir al lugar correcto en el momento correcto. Fuimos a dar unas vueltas al barrio chino, donde venden TODO (todo tipo de chucherias). A la salida del barrio pasamos a comer a uno de los cientos de puestos callejeros donde “nos servimos” tipica comida malaya y unos exquisitos jugos naturales. De ahí nos fuimos a un local donde esta toda la movida de KL, una calle llena de luces neones, bares, cafes, malls, comida callejera y un millar de personas deambulando. Entramos a un local tipo show-bailable que tenia una atmósfera parecida a los locales de la calle de suecia (Papurri!!). El show era animado por un travesti para cagarse de la risa y danzado por unas “divas” masculinas.

Al dia siguiente toda la francesada se viró a la isla y yo me quede solo recorriendo la ciudad. Partí por lo típico, deambular por las calles aledañas y recorrer, probar distintas comidas y simplemente contemplar tan electrizante ciudad.
Kuala Lumpur es una ciudad de contrastes. Por un lado se ven las torres mas altas del mundo y un barrio corporativo al mas estilo Manhattan y solo una cuadras mas allá un barrio unos edificios que se caen a pedazos y rodeados de puestos de comida instalados en la misma calle. En lo cultural, se ve una mezcla de razas y cultos bastante extraño. Malayos, chinos, hindúes y expatriados europeos, todos con sus respectivas religiones, idiomas y comidas,…todo a solo minutos caminando. Me chocó pasar un domingo por la mesquita y observar la forma como ellos viven la espirutualidad, y luego pasar por fuera de un templo hinduista y ver lo mismo pero con otra forma, donde su diosa era una mezcla entre mujer y elefante,…raro. Lo otro que llama la atención son la cantidad de mujeres tapadas completamente, onda solo se le ven los ojos. Como Malasia es un país musulman, los arabes del golfo se sienten a gusto aquí y pueden venir con sus mujeres y nadie les pone problema.

Malasia me gusto mas que Tailandia, me senti recorriendo y conociendo un pais con todo lo que tiene que ofrecer. Aunque solo fueron un par de semanas, fue mas movido, variado e interesante que su vecino del norte. Quizas, de los mas destacable es la diferencia entre KL y el resto del pais. Mientras en el resto del pais se respira un tradicionalismo y un cartuchismo enorme, en KL se ve de todo y especialmente se huele ese aire a tigre asiatico.

De KL me fui en bus a Singapore donde solo estuve una noche. De Singapur conocí muy poco, ya que el tiempo escaseaba. Lo que pude constatar es el grado de desarrollo de esta ciudad con respecto al resto de sus pares del Sudeste Asiático, es limpio, muy ordenado y muy caro. En definitiva, aparte de darme unas vueltas y recorrer un mall dedicado única y exclusivamente a la electrónica, llegue a esta ciudad solo a tomar el avión para Bali. Finalmente a surfear hasta que me aburra.

Wednesday, August 16, 2006

Entrando en el Sudeste Asiatico...

Tailandia (22 julio al ….)

Empecé mi viaje en Asia tomando mi avión desde Frankfurt con conexión en Helsinki, para mi placer me hicieron un “upgrade” y pase directamente a primera clase… ¡Que lujo! Champaña, varios platos a mi elección, películas, vinos, Chivas Regal, etc.,..lo más importante era el sillón cama donde dormí placenteramente hasta mi arribo a Bangkok. Puse un pie en el aeropuerto y el choque cultural fue como una patada en la cara. Solo su idioma suena tan distinto, un dialogo seria algo asi: “-waaa wua wa naa, -co puh ha náa, -heée”. Desde el aeropuerto me fui a Kao San Road, donde van a parar todos los turistas. Es un barrio que parece una mezcla entre suecia, diez de julio y la vega central, pero veinte veces más grande. Aquí se puede encontrar de todo, absolutamente de todo. De hecho uno se podría venir solo con lo puesto y 100 dólares para comprar todo lo necesario para el viaje.

Bangkok es una ciudad caliente, húmeda, sucia y ruidosa. Tiene una extraña mezcla entre autopistas modernas, rascacielos, mercados callejeros, agobiantes vendedores ambulantes y tuk tuks, todo lo anterior conviviendo en un desorden generalizado. En los dos días que estuve aquí fui a turistear al palacio real y al templo del buda acostado. El Palacio es una construcción enorme que tiene una arquitectura y detallismo increíble, lleno de colores, murales, torres, templos de reflexión para el rey, etc. Además, todo esta rodeado de una gran muralla que aísla de tal manera el ruido mundano que pareciera que el palacio estuviera situado en lo alto de una montaña en vez del centro de la bulliciosa Bangkok. El templo del buda acostado es también muy impresionante, este templo tiene en su interior un Buda enchapado en oro de unos 30 o 40 metros de largo acostado en una posición bastante holgazana. Alrededor del templo principal hay un verdadero laberinto de templos menores, torres, sitios de reflexión, estatuas de buda, etc. Todo en una arquitectura muy similar a palacio real, bien colorida, detallista y dedicada en su totalidad al dios Buda.

Desde que llegué a Tailandia he aprovechado de comer en cada puesto callejero o mercado que encuentro en mi camino. La comida es buenísima y, en comparación con Europa, baratísima. Así que he aprovechado de comer todo lo que he querido.

El martes por la mañana partí a una isla que queda al sur de Bangkok, Koh Chang. El viaje tomo casi todo el día, pero tuvo su recompensa, llegue a una playa de arena blanca, palmeras, agua cristalina y atendido por unos locales muy amigables. Aun mejor, todo era baratísimo! Durante cinco largos días dormí, leí, comí y eche la talla con el resto de los “estresados” veraneantes. Definitivamente me urgía poder disfrutar de la playa sin necesidad de tener que visitar algo. Creo que es un muy balance el ir combinando ciudad con playa,… ¿o quizás pura playa no mas?

Ahh,… el sábado salí a dar un paseo por la isla en una scoter. Me puse el casco y me fui a explorar el resto de la isla. Al principio iba un poco nervioso en mi endeble vehiculo, pero a medida que los kilómetros pasaban me fui relajando y tomando mi papel de EasyRider. Así, disfrutando del paisaje, la brisa y de la velocidad fue como llegue a unas cascadas muy agraciadas donde me di un baño y departí con un local que cuidaba el santuario. Seguí en mi paseo hasta cierto punto donde decidí volver, me quedaba poca bencina y luz. Tranquilamente estaba dando la vuelta y sin fijarme aceleré la scoter más de lo prudente y ¡sas!...me salí del camino estrepitosamente y me saque la $%&%$. El saldo fue una pequeña quemadura en la pierna y un nervioso regreso a mi “hogar”. La moraleja es: nunca subirse a una moto en traje baño y chalas, menos andar paveando.

Desde esta relajada isla me fui de vuelta a Bangkok, donde tome el tren nocturno hacia el sur buscando la conexión hacia las islas del golfo de Tailandia. Partiendo por Koh Thao, famosa mundialmente por su espectacular buceo.

Inicialmente no estaba muy motivado por el buceo, pero a medida que fui hablando con otros mochileros la idea, basada en el espectacular entorno y en lo módico del precio, me decidí a volver a bucear después de cinco años. Me tomó un largo rato el tira y afloja con la escuela de buceo, pero finalmente llegamos a un buen precio, ahora solo faltaba recordar algo de la teoría y saltar al agua. El buceo fue espectacular. Peces de todos colores y formas, corales de todas layas, agua calentita y una excelente visibilidad, hacen esta “una experiencia inolvidable”….lastima que no tenia cámara de fotos. Pero mas allá de la escenario, que es verdaderamente alucinante, lo más adictivo es esa sensación de entrar a otro mundo, donde nosotros solo somos espectadores, donde la naturaleza se muestra en su estado mas virgen y siguiendo otros ritmos, donde la ley mas basica que nos rige, la gravedad, tiene otro funcionamiento y muy especialmente, al no podernos comunicar, solamente nos dedicamos a contemplar. ALUCINANTE. Lo voy a repetir 100%.

El resto de la isla no tiene nada espectacular, ya que al igual que otros lados donde he estado, el desregulamiento de la actividad turística genera efectos negativos y finalmente inversos para la industria. Pude constatar personalmente el basural en que se están convirtiendo estas idílicas islas. En algunas playas no dan ganas de meterse al agua. También la horrible transformación de estas antiguas caletas de pescadores a invasivos centros turísticos. Solo como dato, al sur de Tailandia llegan 11.3 millones de visitantes al año, por cierto que es un montón de plata, pero que sin algún tipo de regulación y orden, estas paradisíacas islas pronto perderán su atractivo y se transformara rápidamente en un basural.

Tal como mis asesores en Chile me recomendaron, me fui a la isla de Ko pangan una semana antes de la Full Moon Party. Las razones son varias, primero por que es más fácil encontrar alojamiento si uno llega antes y segundo porque una va de a poco haciendo el calentamiento de motores para el gran evento. Durante esa semana uno va haciendo amigos que están en la misma onda y con los que se puede continuar en viaje.
Inicialmente me fui a la misma playa donde se hace la fiesta, pero los precios y el lugar no era de lo mejor. Hice un pequeño cambio y partí al norte de la isla (Bottle beach) junto a una pareja de suizos muy piola. Se trata de una playa que queda en una bahía donde solo se puede llegar en bote. La playa en si estaba enclavada entre unos cerros tropicales, arena blanca muy fina, palmeras y tres restoranes con sus respectivos “bungalows” al borde del mar. La atmósfera era ultra relajada y amigable, el lugar perfecto para recargar pilas y conocer gente. Los precios no eran de los más módicos, pero no se puede tener todo en la vida.

Para que decir la cantidad de gente que conocí, todos estaban muy abiertos así que cualquier excusa servia para armar una conversación. La vida transcurrió entre dormir, comer, gozar de la playa, jugar algo de voleibol y/o fútbol y finalizar la noche con un par de cervezas. Incluso dos días antes de la Full Moon Party en uno de los restaurantes nos mandamos una fiesta muy buena con una alegre y relajada participación de los locales. Si bien la barrera comunicacional es importante, los tailandeses siempre tratan de interactuar con los turistas y no tienen ningún complejo de superioridad o inferioridad. Ellos son gente extremadamente hospitalaria, alegre y simple. Yo diría que no tienen ningún complejo.

La Full Moon Party da para un párrafo aparte. Imaginen que en un día, más bien en una noche, se concentran todos los jóvenes, y no tanto también, que andan viajando en Tailandia en una sola playa y con un solo motivo…juerga! Probablemente todos buscan asistir a uno de los más memorables carretes de su vida. La atmósfera de la fiesta es electrizante y pareciera que esta a cada minuto al borde del colapso. Fácilmente había 10000 personas, en su mayoría europeos y especialmente ingleses. Llegamos al lugar de a fiesta (Hat Rin) temprano, para ver los emails, comer algo y empezar el carrete desde la partida. Ya sentados en la arena nos tomamos unos “buckets”, un trago preparado en un balde playero lleno de hielo, ron, un fuerte Redbull y una lata de coca cola. Cada vez que se acaba el combinado era tarea de alguno ponerse con el próximo. Mientras disfrutábamos de este “elixir” llegaba más y más gente. Venían a pie, en taxi, en bote y hasta en un ferry desde otra isla, en fin… arribaban desde todas partes con una sed de hueveo a prueba de balas. Después de una horas el desorden era total, al son de la música desplegada por los diferentes Dj’s y la “libre de químicos” mezcla ingerida por la multitudinaria asistencia. Ya de madrugada, la tenue luz de los primeros rayos solares dejaba entrever el saldo de tan surreal carrete. “Romanticas” parejas de una noche esparcidas por toda la playa, los clásicos borrachos que no se la pudieron con la “sana” ingesta desparramados en la arena entre la frenética multitud aun bailando y una linda playa tropical transformada en un autentico basural. Sin duda es una fiesta a la que hay que asistir, puede gustar o no, pero seguro que no pasa desapercibida.

Paseando por el norte y este de Europa...

Escandinavia y los países bálticos

Bienvenido a la tierra donde no se pone el sol. Esto es lo más raro que ha tocado presenciar, son las doce de la noche y todavía hay luz. Y a las tres AM ya es de día, ¿a quien no se le pela un cable en estas condiciones?

Copenhague (21 al 27 de Junio)

Markus, un alemán que trabaja en la oficina de CCNI en Hamburgo me echo un aventón hasta Copenhague, la cagó lo rápido que manejan estos pasteles. En un familiar Opel Astra, este teutón no se bajo de los 160 kph, y a veces incluso más. Yo iba un poco asustado,… no es pa´menos.

En Copenhague me quede en la casa de Kirstine, una amiga danesa que conocí en un viaje por Mexico y Guatemala. Ahí me quede seis días, lo que me dio tiempo de conocer toda la ciudad, carretear con locales, hacer unos tramites y ver los octavos de final del mundial.
El jueves salí a pasear por la ciudad, especialmente por los lugares más importantes, todo fue fácil porque la Kirstine fue mi guía turístico. En general Copenhague es una ciudad muy bonita y ordenada, con una arquitectura elegante y sobria. No se ve ningún lujo pero tampoco pobreza, pareciera que toda la ciudad fue ideada y creada de una sola vez. Lo que mas llamó la atención son las ciclovías y los millones de ciclistas en las calles que aprovechan sus piernas como motor de su medio de transporte. Aquí movilizarse en bicicleta es lo más normal del mundo y no importa si llueve o nieve, la bicicleta se utiliza igual. En el metro, estaciones de trenes y otros lugares públicos existen unos estacionamientos de bicicletas de hasta dos alturas, donde dejan “aparcadas” unas 5000 bicicletas,…increíble!! Quizás, si adaptásemos un poco este estilo, podríamos tener menos tacos, menos contaminación atmosférica y acústica, andaríamos menos estresados y hasta estaríamos más atléticos. Rápidamente me tenían una bicicleta a mi disposición con la que pasee por toda ciudad, hice tramites y seguí paseando, etc. Insisto que la mejor forma de conocer una ciudad es en bici.

En la noche fuimos a ver un concierto de un grupo mexicano. La cagó el furor que desatan estos chingones. No se si son vistos como otra especie o como algo exótico, pero seguro que estos cuates no pasan desapercibidos. Tenían a todas estas rucias vueltas locas.

El viernes seguí paseando por la ciudad y por la noche tuve un carrete danés, era la celebración de la graduación de mi anfitriona. Ahí interactué directamente con los locales y estuve con otros dos daneses con los que viaje hace cinco años, Tobias y Astrid. Todo estuvo bien entretenido y regado. Podría afirmar, en base a mi experiencia, que los daneses son gente muy agradable, culta, educada y tranquila.

El sábado salí con Tobias a conocer Christiania. Este es un pueblo hippie en el interior de Copenhague. Se trata de un grupo de rebeldes que en los años setenta decidieron tomarse unas barracas militares abandonadas para formar su sociedad libre. Libre de impuestos, libre de los pacos, libre de normas convencionales y basada en vivir en comunidad. Veinte años después, esta zona se ve un poco más aburguesada, ya que los habitantes ya no son tan jóvenes, igual aún conserva su ánimo inicial y su sector donde se venden y consumen pitos como si fuesen super8. Después del turismo, me fui a tomar unas cervezas a su casa viendo el partido entre Mexico y Argentina. También traté de conseguirme una entrada al festival de Roskilde, que es el más importante del norte de Europa, pero fue imposible. Será para otro año.

El último día fui a hacer unos trámites al consulado chileno en Dinamarca. Me atendieron excelentemente bien y me solucionaron mis problemas rapidísimo,… ¡un agrado! Ahí durante mi espera conocí a un chileno que vive en el sur Suecia hace 25 años. Tuvimos una larga conversa y hasta me invito a almorzar, donde me explicó la génesis y evolución de nuestros compatriotas que emigraron a Suecia hace ya harto tiempo. En resumen se trata, de unos cuantos intelectuales que fueron asilados inicialmente, otros que buscaban mejores oportunidades para estudiar y trabajar, entre ellos él, y una manga no menor de aprovechadores que abusando de la ingenuidad vikinga y de la pillería chilensis han gozado de un sistema repleto de beneficios y regalías. Todo un orgullo nacional. También me explicó desde su experiencia la mentalidad vikinga. En fin, fue un día que pintaba para burocrático y dramáticamente aburrido y de repente se tornó en un entretenido análisis sociológico.

Estocolmo (28 al 30 de junio)

Me tome el bus a Estocolmo el martes por la noche. Supuestamente es un bus de noche, pero aquí el sol sale a las 3 de la mañana así que fue poco lo que pude dormir.

No me tope con Dj Mendez,…que lastima.

Todo en Escandinavia es horriblemente caro, lo anterior obliga a hacer un turismo muy contemplativo y sin un solo lujo. Me quede en una hostal que estaba muy bien ubicada y que tenia un sauna del cual saque buen provecho.

En estos tres días me dedique a recorrer el centro antiguo, el centro nuevo y disfrutar de soleadas siestas en los parques aledaños al mar. Estocolmo es una ciudad que data de cientos de años y que esta compuesta de una isla central donde esta la antigua ciudad y los alrededores en tierra firme que conforman la ciudad mas moderna. Es una ciudad muy sueca, es decir, bien bonita, ordenada y sin imprevistos. Desde la perspectiva foránea da la impresión que todo funciona perfecto, sin errores. Todo es limpio, estético y útil,…igual que en casa.

Conocí a un par de australianos en la hostal, con los que fui a tomar unas cervezas una de las noches. Los dos venían de ver perder a su equipo frente a Italia por un discutido penal. Salimos al hueveo provistos de muchas ganas y sed, eran ya las 11:30 de la noche y aun no estaba oscuro,…freak ¿¿cierto?? Fuimos a un par de bares donde nos tomamos algo (carisimas) y donde interactuamos con el resto de la concurrencia. El carrete no fue de aquellos ya que estos suecos no son muy buenos pa’ la fiesta y se dedican a puro tomar,…así que nosotros seguimos el ejemplo. A las 3 AM se acabó el carrete y adivinen,…ya era de día. Parecía que fueran las 8 de la mañana.

A Helsinki me fui en un ferry nocturno que me habían recomendado de ser uno de los puntos álgidos en lo que carrete se refiere. Me embarque a las 5 de la tarde y llegue a las diez de la mañana a la capital finlandesa. Parece que el famoso hueveo era un mito, porque lo que yo vi eran cuatro pelagatos en la disco y unas cuantas familias obesas ingiriendo cervezas al son del ritmo provisto por un cantante de cuarta en el bar. Yo no sé, pero o yo vivo en una realidad paralela o la gente es inmensamente mentirosa.


Helsinki (1 al 3 de julio)

Llegue el sábado en la noche y me quedaría por tan solo dos noches. El fin de semana es suficiente para recorrer esta ciudad y captar lo esencial. Además, esta es una ciudad cara, por lo que conviene recorrerla rápido.

La hostal donde me quede estaba bien ubicada, tenía un fantástico desayuno y era la alternativa más barata,…ambiente cero. Había una gran comitiva de metaleros hardcore con los que no intercambie palabra que asistían a un festival del género en la ciudad. Mas que un festival de música, parecía un montón de desadaptados ahogados en alcohol y otras sustancias aburridos de vivir.

Helsinki en una ciudad similar a las otras ciudades escandinavas pero con un toque ruso, dado a la proximidad con San Petersburgo y sus años bajo la dominación pre bolchevique. En general es muy simple, limpia y fácil de recorrer a pie. Tiene una armoniosa mezcla de edificios e iglesias de estilo Europeo y Ruso, y una impresionante catedral color blanco en la cima de una loma que gobierna el barrio más antiguo de Helsinki. También tiene un parque bastante agradable bordeando una pequeña bahia (o desembocadura de río) donde abundad los asados y los “runners”.

En lo que vida nocturna se refiere, salí a la búsqueda de un buen local por mi cuenta. Partí, por una bar donde presencie la eliminación de Brasil del mundial. Después, con solo buen olfato llegue a un bar disco que era “el lugar”. Aquí me quede hasta que cerraron, la música era muy buena y la gente muy piola. Da la impresión que los finlandeses son en general tranquilos y introvertidos,…hasta que toman. Desde ese momento, pierden todo pudor y son re-abiertos para echar la talla e invitar más copete. También el hecho que sea verano los predispone a gozar el minuto ya que después de ese efímero verano viene un crudo invierno con temperaturas bajo cero y depresivos días casi sin luz solar. En mi camino hacia la hostal pude constatar como esta desarrollada sociedad, galardonada con la mejor educación del mundo, no logra manejar la excesiva ingesta de alcohol. Se ve gente al borde de caer en coma etílico, mujeres “llendo al baño” en cualquier esquina y una manga de borrachos alarmante. Pareciera que el copete es una válvula de escape frente a un estilo de vida y/o clima que no les llenará.

El lunes me tome un ferry hacia Tallin, la capital de la primera de las tres republicas bálticas que visitaría.


Estos tres países son muy distintos a Escandinavia. La ocupación soviética, rasgos raciales distintos, un nivel de desarrollo similar al nuestro y una personalidad más propensa a la juerga, genera un atractivo especial para visitar en esta zona de Europa.

Tallin (3 al 7 de julio, 2006)

Estonia es la primera republica báltica con la me encontré, geográficamente esta debajo de Finlandia y comparten bastantes raíces en común. Dado esta influencia, Tallin se ve más desarrollada que el resto de las ciudades bálticas.

La idea era quedarme dos días, me quede cuatro. La ciudad es muy fotogénica. Costa de un centro antiguo de estilo medieval semi-rodeado por una serie murallas defensivas que datan desde hace varios siglos. Dentro del centro antiguo se pueden ver iglesias de todos tipos, edificios institucionales, restaurantes, bares, espectáculos folclóricos, tiendas de souvenirs y un millón de turistas. Alrededor esta la ciudad nueva, habitan edificios modernos, centros comerciales, playas, parques y edificios habitacionales de la época soviética. Durante mi estadía empezó el festival de música y cerveza donde el ambiente de fiesta era total. Entonces, una ciudad agradable, festival, precios razonables, cerveza barata y buenas minurris, invita a quedarse un rato más.

En el desde el ferry a la hostal conocí a una pareja de españoles muy buena onda (Julián y Noelia), ambos de Madrid. Con ellos salí a pasear el primer día y nos comimos un excelente almuerzo echados en una plaza cercana a la ciudad antigua. Durante tan distendido almuerzo me contaron sus experiencias viajando en la india. Según ellos es un gran desorden al cual uno termina acostumbrándose y disfrutando,…veremos. Tengo que ir allá. Lo notable de esta pareja que anda por los 25 años, es su interés por viajar y enseñar. Ella es educadora de párvulos y Julián es ingeniero comercial. El trabajaba en una empresa donde la cantidad de horas de trabajo y lukas eran abultadas, hasta que se aburrió, renuncio y se puso a estudiar pedagogía para ser profesor. Simplemente notable.
También conocí un inglés, Richard, muy buena onda y re-buen partner durante el resto de la estadía. Este loco, a diferencia de la mayoría de los ingleses que he conocido, era de bajo perfil y bien culto. Estaba trabajando en San Petersburgo como profesor de inglés y le pagaban bastante bien. Con él partimos al citado festival con una local que el había conocido previamente. El festival estuvo buenísimo, tenía varios escenarios tocando música para todos los gustos y edades, incluso asistí a ver a un dúo reggae ucraniano. Además había mucha gente, cerveza, saltos en benji, pantalla para ver el mundial, etc., etc.
Al final del primer día del festival terminamos tomando unas cervezas y vino con un importador de vino chileno que conocía al grupo con el que andábamos. Eran como las 12 PM y ya estaban todos bastante pasados (toman como bestias) y a nuestro socio se le ocurrió que debíamos ir a una disco. Entramos al local auspiciados por nuestro anfitrión y quedamos pa’dentro con el nivel de las minas, en dos palabras IM PRESIONANTE, y muy superior a Estocolmo y el resto de escandinavia.
Ya al día siguiente, el festival siguió un ritmo parecido, yo estaba con un poco de resaca y cansancio así que fue mas tranquilo. El viernes al mediodía salí para Riga.

Riga (7 al 10 de Julio, 2006)

Llegue a la capital de Letonia a las seis de la tarde. De a poco uno se empieza a sumergir en la ex-Unión Soviética. Entre los antiguos trolleys, algunos diarios en ruso y algunas construcciones eminentemente comunistas, uno logra percibir algo de aquel sistema social. Además, el 60% de la población de Riga son rusos. Aquí a diferencia de Tallin se percibe una atmósfera más cerrada y se logra percibir la explosión indiscriminada del capitalismo, tanto en lo positivo como en lo negativo. Se ven toneladas de ingleses que vienen solo por el fin de semana en son de hueveo, los recibe una ciudad con cerveza barata, mujeres muy atractivas y un montón de discos y topletes. Un español que lleva aquí un tiempo, Joséle, me contaba que algunas autoridades de la ciudad le habían dicho que esperaban transformar Riga en una “Las Vegas” europea (seria una lastima si eso pasara).

La primera noche la pase en una hostal que quedaba en el centro-centro, pero además de la bulla, no era el lugar más indicado para conocer a otros viajeros. Aproveche de llamar a Chile, comer algo, darme una vuelta en las calles de noche y ver a cada filete desfilar. Después al sobre.

Al día siguiente me cambie a otra hostal que estaba mucho mejor, es simplemente decisiva la influencia que tiene una hostal con “onda” sobre la apreciación de la ciudad,…la cambia en 180 grados. Solo el hecho de conocer más viajeros, cambia todo el asunto. Incluso me tope en la misma hostal con la pareja de españoles que estuve en Tallin.

Hacia un calor sofocante en la ciudad, así que salí a recorrerla tranquilamente, sin apuro. Partí por un Museo de la Ocupación, que trata la historia de la ocupación soviética y nazi de este país desde el año 1941 hasta el 1991. Este es un museo al que habría que enviar a todo matewea admirador de un régimen totalitario. El holocausto nazi, es bastante conocido en el mundo entero, en cambio el holocausto de la unión soviética parece que solo se murmura débilmente. Para todos los escépticos, aquí queda de manifiesto las atrocidades que le hicieron a este pueblo los “colegas” de Allende. En nombre del “proletariado”, estos burócratas trataron de eliminar todo rastro cultural y racial del pueblo letonio, asesinando y deportando a Siberia a cientos de miles de personas. Después de ver este museo me quedo dando vuelta en la cabeza como gente inteligente y educada puedan aun desconocer los hechos y seguir simpatizando con esta camada de desalmados. O mera ignorancia o idiotez pura.

Saliendo del museo, me recorrí todo el casco antiguo de la ciudad, que consta de una arquitectura semi medieval alemana y de un montón de iglesias, donde se mezclan tanto las luteranas con las ortodoxas y católicas. Una gran mescolanza dentro de un laberinto de calles sin mucho sentido. Cada cinco minutos la mirada se distrae hacia alguna letona que en vez de una mini luce un cinturón bien grande.

Al final de mi paseo, una música de vals en vivo me condujo hacia un ensayo de un grupo de música clásica en un corredor de alguna gran iglesia. Escucharlos a solo cinco metros de distancia fue un deleite,….y gratis.

Ya por la tarde-noche empezamos a calentar motores en el pub de la hostal, ahí se conoce a diversos personajes muy interesantes y siempre acompañado de una cerveza. Después de terminado el “match” entre Portugal y Alemania, nos lanzamos a celebrar el comienzo de mis treinta años……UFFF. Fuimos por otras cervezas y de ahí a una disco que nos llevo una rusa. Parece que las discos son una perdida de plata y tiempo, es muy difícil poder siquiera bailar algo,…todo es drum and base, hip-hop, etc. Parece que me quedo en los bares.

El domingo, día de mi cumpleaños, partimos a la playa un grupo de la hostal, bastante diverso étnicamente. Las playas del báltico son extrañamente calidas, uno esperaría que fuesen un cubo de hielo, pero no, mas bien parece tropical…onda medio pegote. Disfrutamos de jugar al freesbee en el agua y de una entretenida conversación echados en la arena. Después pasamos a comer y tomar algo antes de tomar el tren de vuelta a Riga (1 ½ hrs), este tren te sumerge a la era soviética (pocas sonrisas). Ya en el pub de la hostal seguimos brindando viendo la final del mundial. Lastima que no gano Francia.

Después de comprar mi ticket para Klapeida, me fui a recorrer el mercado de la ciudad. Simplemente el nivel de desarrollo que se aprecia aquí es similar al que tenemos en Chile, quizás nosotros estemos un poco mejor. El mercado era buenísimo y tenia de todo, desde billeteras hasta salchichas. Después de darle varias vueltas, pase a almorzar a un puestito que tenían unas gordas donde me comí una sopa típica rusa y un plato típico de Letonia por solo mil pesos. Se trataba del típico local del obrero de la contru, no podía fallar. Bueno y barato. Saliendo del mercado fui a ver un edificio que tenia ciertas reminiscencias al Empire estate, guardando las proporciones por supuesto. Se trataba de una construcción levantada en la era de Stalin que funcionaría como hotel para los campesinos de la ciudad. Por supuesto que semejante imbecilidad nunca funciono, fue un gasto de plata y tiempo que hoy es utilizado por el instituto de ciencia y tecnología. Obviamente los campesinos estaban bastante ocupados con las tareas rurales como para visitar la ciudad y asistir a aburridas reuniones burocráticas partidistas. Lo simpático de la historia viene aquí. Una señora que trabaja ahí llevando turistas al mirador del edificio y a la sala de la asamblea, me ofreció el paseo. Yo, frente a mi ajustado presupuesto, le dije que no podía pagarlo y después de conversar unos minutos me viré. Unos cinco segundos después, la señora salio a buscarme y me invito a hacer el tour gratis ya que no había nadie solicitándolo, además que se sentía identificada con los viajeros de bajo presupuesto. Bueno la visita estuvo excelente y aun mejor todo lo que me hablo sobre Riga, sobre los años de ocupación y los tiempos actuales donde las cosas distan de ser color de rosa.

Lithuania (10 al 12 de julio)

Salí para Klaipedia a las tres de la tarde y expectante de lo que podía mostrar esta pequeña ciudad en la costa del mar Báltico. En el bus me fui conversando con una letona que en un limitado ingles me preguntaba que andaba haciendo por allá. En realidad,… ¿Qué andaba yo hueviando por allá?

El hostal donde me quede era enano, onda 20 camas y poco ambiente. Igual salí a comer algo y a ver que onda la noche, pasaba re poco, así que después de comerme una pisa y interactuar un poco con unos alemanes me fui al sobre.
Al día siguiente me fui la playa que queda cerca de la ciudad. Como es verano la playa estaba bastante concurrida, pero dista mucho de ser el sector 5 de Reñaca, aun así habían algunos exponentes de gran factura. Me bañe, hice playitas, revolcones, escalopas, etc. En fin, todo aquello que no se puede hacer en la ciudad. Aparte de lo anterior, esta ciudad es totalmente eludible en un nuevo recorrido por la zona.

En mi camino hacia Cracovia tuve que hacer una parada obligatoria en Kaunas (Lituania) para esperar mi próxima conexión. No me quedo otra que darle una paseada a la ciudad. Según las guías de viaje, Kaunas es la cuna de la mafia post soviética y de la movida cultural, lo último dado a su importante población estudiantil. Ninguna de las dos afirmaciones anteriores las pude corroborar en mi corta estadía de 12 horas. Lo que si pude corroborar, son los mismos tres patrones que se ven en el resto de las ciudades bálticas. 1-. Una ciudad pobre dado su pasado soviético tratando de salir adelante con las herramientas que le entrega el capitalismo. 2-. Un centro medieval con un estilo arquitectónico alemán y unos suburbios funcionales al más puro estilo soviético. 3-. Una densidad por metro cuadrado de minas ricas abismante. En la pasada y para hacer mas corta mi espera, me leí un libro muy recomendable “Freakonomics”.

Cracovia (13 al 19 de Julio)

Finalmente llegue a Cracovia. Esta ciudad encanta a la vista desde el primer minuto. Como fue la capital del reino polaco durante varios siglos, la ciudad tiene una arquitectura elegante y refinada tanto en iglesias como en edificios corrientes. Cracovia tuvo la suerte de salvar ilesa durante la 2da guerra, así que todo se conserva perfectamente. La ciudad esta urbanizada en una plaza principal enorme con una tremenda catedral gótica en medio. Alrededor de la plaza existen muchos bares, tiendas y restaurantes asentados en antiguos edificios, todo termina en un gran cinturón de jardines y murallas que rodean todo el centro antiguo. En todo caso, el centro es bien turístico y movido, pero si uno quiere una atmósfera más local, esta se encuentra en el antiguo distrito judío. Ahí, donde antes de la guerra vivían una población no menor de judíos, se ha transformado en una zona de bares, cafés y restaurantes muy estilosos, baratos y frecuentados por polacos. Esa zona ha sufrido una suerte de cambio de giro muy interesante en los últimos años.
En el cerro que mira a la ciudad y al río, se encuentra el castillo real y otra importante iglesia. Es bien bonito y vale la pena de visitar, pero después de tantos castillos visitados no me impresiono en absoluto. Quizás ya estaba un poco saturado de Europa con sus castillos, museos, iglesias y urbes.

También visite Auschwitz y Birkenau. Es un tétrico paseo de un día donde se puede percibir, mirar e imaginar el dolor y sufrimiento de la gente que vivió y murió aquí. Es tenebroso lo que se puede hacer invocando el odio en el ser humano. Aquí se calcula que murieron cerca de 1.3 millón de judíos, además soviéticos, polacos, gitanos, etc. El tour dura 3 horas y media y consta de una completa explicación de los horrores cometidos en esta localidad, pasando por las barracas, cámaras de gases, crematorios, etc. Sin duda es un lugar que se DEBE visitar para aprehender de la historia y no volver a cometer semejantes brutalidades. Ya que quise saber mas sobre el tema, encontré un libro muy bueno que explica con detalle todo el funcionamiento del campo y lo sucedido en ese horroroso lugar

El último día fui a pasear por un vecindario poco turístico pero bien distintivo de una época. Se trata de un barrio construido en la época comunista. Es una urbanización muy grande en que todos los edificios son exactamente iguales y funcionales, todo muy cuadrado y gris. Es como un barrio sin alma, sin identidad. Pareciera que todo lo que se hizo durante la era soviética en todos estos países fue sólo un gran error.

Mención aparte fue la hostal donde me quede. En Cracovia hay muchísimas hostales y son relativamente baratas. Esta en particular era nueva y era un lujo, todo en estilo minimalista y atendido por unas polacas muy buena onda. Además tenia un bar bien bueno donde conocí harta gente. Primero unos canadienses bien agradables y tranquilos y a un grupo de gallegos con los que salí de joda y nos reímos muchísimo. Parece que no solo el idioma es lo que tenemos en común, sino también la misma inclinación al carrete.

Frankfurt (19 al 21 de julio)

Llegue a Frankfurt por la sola razón de que desde aquí salía mi avión para Bangkok. Por un error no premeditado llegué dos días antes, así que salí a explorar la ciudad de la cual tenia vagos recuerdos. Hacia un calor sofocante, cerca de 35 grados y bastante humedad, lo cual no impidió mi recorrido, pero sí lo hizo más lento y pausado.
Frankfurt es una ciudad que después de la 2da guerra solo quedaron cenizas, así que no hay centros medievales o alguna antigua iglesia que visitar, a lo más se han reconstruido ciertos edificios. Lo que si hay son edificios corporativos, oficinistas, más oficinistas, rascacielos, algunos buenos museos y bancos. O sea, es una lata. Es una ciudad a la cual uno visita solo por su aeropuerto, que te conecta con todo e mundo, y ya. No hay mas que decir o hacer, solo esperar mi avión.